Estas vacaciones me han servido para muchas cosas, una de ellas ha sido el cambiar de color a las paredes de la sala, ya estaba un poco cansada de verla igual. Me dió el punto y la he pintado de blanco roto combinado con marrón. La viga de madera la he dejado para que siga haciendo su función (la de separar visualmente la zona de estar de la de comedor), además me gusta mucho más ahora el contraste que hace con el blanco de la pared.
También hay algunos detalles que he cambiado, quizás a primera vista no se vean, pero por ejemplo he puesto fundas nuevas a los cojines, el sofá lo he enmascarado un poco y alguna cosilla más.
Aquí debajo dejo fotos del antes y después.
Antes...
Después...
Pues te ha quedado realmente precioso!!!
ResponderEliminarA mí me encanta.
Ana.
Los colores los veo más contrastados y resalta todo más. A mí me gusta como queda el resultado.
ResponderEliminarOye, qué bonito el cristal de la puerta, no?
muy chula también esa foto grande.
Saludos de domingo,
Kaixo Imi... ya veo que has estado decorando la casa igual que nosotros...
ResponderEliminarDecirte que me encanta como ha quedado, contrasta todo mucho mas y parece otro salón... queda mucho más limpio y más luminoso. Has acertado plenamente...
Muxus…
Amaia.
me gusta el contraste que has hecho de la pared del mueble, me gusta, y me gusta el tono de la pared...mejor sin la pared de tochos no?...mas elegante....y las fundas de los sofas...mucho mejor!
ResponderEliminarun abrazo, Olga
Vaya Inma, te ha quedado genial, muchísimo más luminoso y amplio.Una combinación preciosa se colores. O mucho me equivoco o ese tono marrón es como el que puse yo en casa en algunas paredes. Un beso muy fuerte, Ana
ResponderEliminarLe has dado un buen cambio, el gris queda siempre muy elegante. Un besito!!!
ResponderEliminarBueno, bueno...Pero que mucho mejor!
ResponderEliminarLo que hace una mano de pintura bien elegida.
Un acmbio espectacular, Inma.
Un abrazo
Qué suerte que se te ocurrió tapar los ladrillos con ese color visón!!!
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